¿Tienes problemas con tu separación o divorcio?
¿Tus relaciones con tus hijos son conflictivas?
¿La herencia está causando tensiones en la familia?
¿No acabáis de encontrar la fórmula para que todos podáis cuidar a vuestro familiar?
Tus hijos no se llevan bien con los hijos de tu pareja?
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La mediación familiar os puede ayudar a abordar estos conflictos familiares de manera diferente a como lo haríais delante de un abogado o un juez. Es un procedimiento más rápido, más económico y más suave psicológica y emocionalmente que un litigio y contribuirá a vuestro bienestar, ya que favorece la continuidad de las relaciones, incluso después de una separación o un divorcio. El mediador tratará de lograr que os mováis en otros parámetros, sin que se rompan vuestros vínculos.
El conflicto forma parte de la esencia humana, pero no necesariamente hay que verlo como algo negativo, sino que es algo que nos permite crecer y mejorar en nuestras relaciones y en nuestra vida en general. A lo largo de la vida, las familias tienen que hacer frente a diversas situaciones de dificultad que, si no se resuelven adecuadamente, producen malestar, impotencia, enfado y sensación de bloqueo. Es frecuente que las familias no sepan muy bien cómo solucionar estos problemas. Si os encontráis en esta situación, la mediación es un método alternativo de resolución de conflictos que os permitirá comunicaros entre vosotros, que podáis expresar vuestros puntos de vista, argumentos, necesidades, intereses, expectativas, etc., con total libertad y que podáis llegar a acuerdos consensuados.
El mediador, como experto, facilitará este proceso, velará por su correcto funcionamiento y creará el espacio idóneo para el diálogo, el respeto y la empatía. El objetivo del mediador no es daros las soluciones a vuestro problemas, sino pacificar el conflicto para que seáis vosotros mismos quienes acordéis las posibles soluciones. La mediación no obliga a nadie, como sucede ante una resolución judicial, sino que seréis vosotros mismos los que llegaréis a acuerdos de forma voluntaria, en definitiva, seréis los dueños de vuestro propio futuro. No se trata de buscar responsables o culpables: en la mediación no hay perdedores ni ganadores, ¡todos ganan!
Es importante que sepáis que todo lo que se trate en las sesiones de mediación será confidencial, que el mediador es una persona imparcial y neutral y que va a velar en todo momento por los intereses de todos los implicados.
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